La miel es una de las mayores fuentes de bacterias de ácido láctico (BAL). Estas son las encargadas de la acción antimicrobiana que se requiere en función de las bacterias a combatir.
Para demostrar esto, científicos trataron 42 patógenos de heridas abiertas de 22 pacientes con bacterias las BAL de la miel, obteniendo resultados muy similares a algunos tratamientos convencionales. Además, para reforzar este estudio y comprobar su fiabilidad, aplicaron miel en heridas de caballos que no habían conseguido sanar con otros antibióticos. Después de unos días de tratamiento, las heridas ya estaban libres de infecciones y en proceso de curación.
Los antibióticos convencionales suelen ser una sustancia activa que actúa contra un rango muy reducido de bacterias patógenas, sin embargo, las 13 bacterias que componen las bacterias BAL, son capaces de sintetizar el elemento antimicrobial que se necesita, siendo así mucho más efectivas.
Una de las últimas infecciones que se ha tratado con estas bacterias es el SARM (staphylococcus auereus resistente a la meticilina), dando unos resultados con unas estadísticas admirables.
Esto no significa que cualquiera puede fabricar una medicina en casa con su miel, pues las mieles convencionales no contienen bacterias de ácido láctico vivas, sin embargo, los científicos siguen estudiando qué mas beneficios tiene este maravilloso alimento con el objetivo de que algún día sustituya a los antibióticos convencionales y de que pueda usarse en países menos desarrollados donde no llegan algunos tratamientos y abunda la miel fresca.